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lunes, 20 de diciembre de 2010

del extrañamiento

Del extrañamiento
No se trata de una intención artística, sino de una posición ontológica en que deliberadamente el hombre intenta descubrir las fisuras de lo aparencial, de las sustituciones, abrirse paso por zonas intersticiales; consiste en que el extrañamiento resulte una condición natural para el ser humano, una suerte de presencia y recomienzo constante, una disposición abierta y sostenida de una lectura del mundo siempre dispuesta a desplazarse, a descentrarse, a descubrirse...
“Los objetos percibidos, muchas veces comienzan a serlo por un reconocimiento: el objeto se encuentra delante nuestro, nosotros lo sabemos, pero ya no lo vemos. Por este motivo no podemos decir nada de el.”
El extrañamiento parte de la concepción del arte, como “un medio de experimentar el devenir del objeto”, es decir que la dificultad y duración de la percepción de la obra artística debe prolongar sus efectos y, para ello, es necesario crear una percepción particular del objeto, crear su visión y no su reconocimiento. Dice Viktor Sklovskij, quien introdujo el término extrañamiento al dominio de los escritos del formalismo ruso oponiéndolo al automatismo perceptivo. El extrañamiento se parece a la adivinanza: también mueve de su sitio las características del objeto, la cualidad de divergencia reside en el fondo de la percepción estética, un desplazamiento semántico que no importa a que dirección se dirija sino que se de.
Convertir lo habitual en extraño como lo visto por primera vez.
Arrancando al objeto de su contexto habitual, aunando nociones dispares, nos obliga a una percepción más elevada de las cosas y de su trama sensorial...
Los obstáculos son la rutina, la costumbre de percibir mecánicamente al mundo, como la gente que vive en la costa acostumbrada al murmullo de las olas.
Ya ni siquiera las oye....
“Mucho de lo que he escrito se ordena bajo el signo de la excentricidad, puesto que entre vivir y escribir nunca admití una clara diferencia; si viviendo no alcanzo a disimular una participación parcial en mi circunstancia, en cambio no puedo negarla en lo que escribo, puesto que precisamente, escribo por no estar o estar a medias... escribo por falencia, por descolocación; y como escribo desde un intersticio estoy siempre invitando a que otros busquen los suyos y miren por ellos el jardín donde los árboles tienen frutos que son por supuesto piedras preciosas.” Julio Cortazar.
Bibliografía: Rocío Carrillo: “Del extrañamiento”
Julio Cortazar: “La vuelta al día en ochenta mundos.”
Viktor Sklovskij: “El arte como artificio” / “La disimilitud de lo similar”


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